El servicio sofisticado y el producto de calidad son dos de las variables que marcan el diferencial en hotelería y gastronomía: el desempeño de quienes atienden clientes y de quienes producen los platos es esencial para el éxito del negocio. La formación, el entrenamiento y la fidelización del personal deben ser prioridades en la agenda interna de un hotel o restaurante. Cuando una estadía se convierte en una experiencia para recomendar o un plato se vuelve tema de conversación, el negocio ha superado las expectativas de sus clientes: ha llegado a su fibra emocional.

El vínculo entre el cliente y el establecimiento se construye a través del empleado, por eso debe concretar la promesa de la marca con un servicio de excelencia…en cada palabra, con cada gesto.

Perfeccionamiento del servicio y actitud hacia el cliente

Capacitación de camareros

Formación de cocineros y ayudantes de cocina.

Curso de inducción para personal nuevo.

Visita y auditoría a proveedores críticos.

Resolución de situaciones.

Seguimiento personalizado sobre grupos en conflicto.

Relevamiento fotográfico de problemas a resolver

Reuniones trimestrales con el personal para abordar problemas en el servicio

Optimización de prestaciones hoteleras en áreas de limpieza de habitaciones, room service y servicios varios.